sábado, 2 de enero de 2010

La educación a distancia en la publicidad de los medios gráficos de antaño.

(Jorge Eduardo Padula Perkins)

La educación a distancia no es el moderno producto de la aplicación didáctica de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones.

Lejos de las computadoras, los CD Rom y la Internet, sus antecedentes más remotos nos conducen a la Gaceta de Boston, en 1728, en donde un anuncio ofrecía material auto instructivo para el aprendizaje de mecanografía que incluía la posibilidad de consultas por correo.

Básicamente se trata de una modalidad pedagógica concebida para funcionar en condiciones de separación física y temporal entre el docente y el alumno, razón por la cual dispone de mecanismos de interacción a través de diferentes medios de comunicación.

Para ello se trabaja con materiales de estudio especialmente diseñados, instrucciones claras sobre los procesos a seguir y la atención personalizada mediante tutorías.

En la memoria popular argentina, los orígenes de la educación a distancia en la Argentina se encuentran en la oferta de cursos comerciales a través de las revistas, en especial de historietas.

Resulta curioso revisar algunos de esos contenidos.

"Todos admiran a los que saben triunfar. Mándenos hoy mismo el cupón adjunto y recibirá GRATIS el valioso libro 'Hacia delante', que le enseñará cómo también usted puede progresar estudiando por correo y en su propia casa, en sus horas libres y sin dejar sus ocupaciones actuales", rezaba un aviso de 1940, de la Universidad Popular Sudamericana, dirigida por el Ing. B Marguillán, con domicilio en Rivadavia 2465 de Buenos Aires.

Lo ilustraba la llamativa imagen del dibujo de un hombre admirado por tres empleadas y la leyenda "Un jefe de 20 años".

De la publicación en una revista de humor e historietas como Patoruzú y esta particular leyenda, se desprende que la oferta estaba dirigida a un público joven y ambicioso, interesado en el progreso económico y social.

Tenedor de libros, empleado de comercio, mecanografía, secretariado, mecánico agrícola, avicultura, corte y confección, dibujo artístico, química industrial, motores a explosión, procuración y martillero público, eran entre otras las variadas orientaciones ofrecidas para tal fin.

Asimismo, a cada alumno inscripto se le obsequiaría un libro (Diccionario Enciclopédico Castellano ó La farmacia en casa) y "el lujoso 'Carnet del Estudiante'".

Ese mismo año, Escuelas Sudamericanas, cuyo director era Patricio C. Ryan, "Bachiller y Contador" ofrecía cursos de sastre, radio, autos, modista, dibujante o construcción.

Sin signos de modestia señalaba el aviso que "las Escuelas por correo más importantes", fundadas en 1915, funcionaban en Av. Montes de Oca 695 de Buenos Aires, en el "Palacio propiedad de estas Escuelas".

En otro orden de cosas se aseveraba que "Regalamos las lecciones, papeles, sobres, carnet y útiles".

Durante años, la educación a distancia siguió siendo mayormente conocida a través de este tipo de tentadoras y llamativas ofertas.

Mientras tanto el peronismo creaba la Universidad Obrera Nacional (UON), destinada a promover la capacitación y jerarquización de los obreros en el marco de un fuerte proceso industrializador. Organizada mediante facultades regionales en distintos puntos de país, trocaría, en 1959, en la Universidad Tecnológica Nacional, hoy también dotada de cursos no presenciales.

Un ejemplar de la ya citada revista de historietas, esta vez del año 1956, abunda en espacios de publicidad dedicados a estudios por correspondencia que muestran la continuidad de éstos a través del tiempo.

"GRATIS su propio taller en 10 días...y ganará $ 5000 por mes COMODAMENTE EN SU HOGAR!" aseguraba la 1° Escuela Suiza de Relojería, que no vacilaba en afirmar que "Su porvenir está en los cursos brillantes y acelerados" que de su oferta formativa "en clases personales o por correspondencia y que le permitirá, en muy poco tiempo, convertirse en un experto" Técnico Relojero Cronometrista. Asimismo prometía que "con el equipo de herramientas que la Escuela administra GRATIS a sus alumnos desde las primeras lecciones" el estudiante "podrá instalar SU PROPIO TALLER".

"Con un poquito de estudio....y este bisturí, yo me aseguré el futuro..." asevera un simpático personaje dibujado que, sonriente y con chaqueta de profesional, muestra en su mano izquierda el reluciente instrumento quirúrgico. "Un PEDICURO -agrega el aviso del Instituto de Enseñanza Profesional LYFAR- además de ser socialmente considerado, tiene su futuro asegurado...y si viera usted qué fácil y en que poco tiempo puede DIPLOMARSE, con nuestro método teórico-práctico, en clase o por correo".Como si eso fuera poco, "a todo diplomado de n/cursos por correspondencia REGALAMOS 100 tarjetas profesionales...", remata.

Asociación Radio Instituto ofrecía, también en 1956, gratis para sus cursos personales o por correspondencia, "TODO EL MATERIAL PARA ARMAR 26 RECEPTORES DISTINTOS", como un amplificador audiofrecuente, un pequeño transmisor de radio, dos osciladores para calibración y aseguraba que "TODOS LOS MATERIALES y las VALIOSAS LECCIONES ENVIADAS quedan de PROPIEDAD del alumno".

El Primer Instituto Fotográfico Argentino Sandy, de Sarmiento al 200, invitaba a estudiar en "sus horas libres" mediante "nuestro fácil y moderno Curso en CLASE o por CORRESPONDENCIA" que capacitaba en poco tiempo e incluía "máquina, rollos, papel y drogas completamente gratis..."

La denominada Asociación de Profesores y Maestros del colegio "LA CULTURA" ofrecía por su parte Bachillerato o Perito Mercantil "abreviado en 2-3 años" en clase o por correspondencia.

Mientras en algunos ámbitos se estaban produciendo experiencias no comerciales de carácter puntual, a nivel popular la capacitación no presencial seguía vinculada a propuestas rentadas, dirigidas a públicos con ambiciones de progreso rápido, en su mayoría sin escolarización de nivel medio que le permitiese incursionar en estudios terciarios.

Asimismo, parte de la oferta de este tipo apuntaba a satisfacer demandas de formación en disciplinas inexistentes en la educación formal. En este sentido, ya en 1972 la Primera Escuela Argentina de Detectives, de Diagonal Norte al 800 publicaba una pieza publicitaria proponiendo al lector que "Sea un aliado de la JUSTCIA y de la VERDAD", capacitándose para "esta apasionante y provechosa actividad" mediante "nuestros cursos por correo" con los cuales "usted aprende en casa, sin problemas de horario...", en base a lecciones "redactadas en forma clara, sencilla y directa".

En tal sentido ofrecía tutorías asegurando que "Nuestro Cuerpo de Profesores vigila el desarrollo de sus estudios y aprendizaje, allanándole cualquier dificultad".

Con la perspectiva del tiempo transcurrido, podemos hoy mirar con curiosidad y simpatía la publicidad que, desde la educación por correo, convocaba a un futuro próximo colmado de realizaciones profesionales y personales.


Fuente: Padula Perkins, Jorge Eduardo (2008): Una introducción a la educación a distancia (Nueva edición aumentada y actualizada), Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires.

Ver: http://www.fce.com.ar/ar/libros/detalles.aspx?IDL=2937